Los Montes de Galicia – El placer de comer (Madrid)
Muchas veces nos satisface un establecimiento por la calidad de sus productos, en otros casos porque en la cocina saben tratar bien a los mismos y llegan a la mesa unos platos atractivos y sabrosos y otras veces nos satisface por el precio, por qué no decirlo. La relación calidad/precio es un parámetro que nosotros utilizamos siempre en nuestros artículos, es la vara de medir, excepto establecimientos especiales, los restaurantes, bares, tabernas, coctelerías o cualquiera de este tipo.
En bastantes casos, nos gustaría que fueran más, estas tres ventajas o virtudes se aúnan en un mismo establecimiento, consiguiendo que sea un lugar de referencia y garantía cuando deseamos celebrar algún hecho importante o simplemente, porque nos apetece comer bien. Este caso es uno de ellos y por ello ya era un referente de la cocina madrileña pero a partir de ahora lo será más, nos explicamos.
Un establecimiento con 18 años de andadura y que ha tenido una remodelación total, unas obras que en tres meses han convertido el antiguo local en uno perfectamente ordenado y bien distribuído, pues a pesar de su tamaño (110 comensales), no se percibe ruido ni molestias, pues dispone de mamparas fijas con puerta, que se pueden convertir en reservados. Mucha luz y mesas amplias y cómodas.
El pan que sirven es candeal (nuestro preferido) y los vinos están disponibles por copas (al menos una decena de referencias) y por botellas una selección que abarca varias D.O. y especiales. En nuestro caso nos sirvieron un aperitivo consistente en una mini hamburguesa sobre un trozo de pan frito. Pero entremos en el detalle de los platos que hemos degustado.
Como no podía ser menos un pulpo a feira con aceite de oliva virgen picual así como sus cachelos. En su punto y de una calidad extraordinaria. Dos comensales y compartiendo todos los platos. Le sigue un cebiche-sashimi de vieiras con piperrada de mango y aji. Excelente plato, muy bien conseguido y original para los que somos amantes de este marisco, pues presenta todo su sabor y textura. ¡¡¡Sensacional!!!.
Hay productos llamemos humildes que nos encantan, como las sardinas en cualquiera de sus vesiones. En este caso preparan una empanada casera de sardinas con tomate y tomillo limón sorprendente, con un sabor potente de la sardina y de una calidad de primera. Difícil encontrar una empanada como esta. ¡¡¡Exclusiva!!!.
Llega el plato fuerte, la carne. Por supuesto ternera gallega que compran por lomos y maduran para que llegue con todo su sabor a la mesa. Hay dos cortes, el lomo bajo de vaca y el solomillo de vaca, cada uno con su guarnición. Así el lomo bajo de vaca, el que nosotros hemos tomado, se sirve con patata asada, mojo rojo y pimientos de Padrón y el solomillo con patata asada, tomate cherry confitado y mantequilla de hierbas. Indicar el punto al que deseáis la carne, es muy importante para degustarla correctamente.
Y llegan los postres. La comida trascurría perfectamente, pero al llegar los postres nos inclinamos por una tarta de queso gallego con confitura casera fruta de la pasión y mango ¿Quién se resiste a este atractivo? Pero también encontramos en la carta unas texturas de chocolate cuyo nombre nos atraía, pero también descubrir su contenido, que como era de esperar eran tres texturas de chocolate, una de ellas helado. Sinceramente ¡¡¡Sobresalientes!!!.
Con un café solo, muy bien preparado, concentrado pensábamos que habíamos dado fin a la comida pero … Flavio, el coctelero, barman o bartender como se dice ahora, nos presenta una carta de cócteles a los que tampoco nos resistimos. Indicar que los hay sin alcohol (en el caso del que escribe degusté un Cucumber Iced) y el otro comensal un cóctel contemporáneo, el basilikum Passion, si bien hay un apartado de cócteles clásicos (mojitos, caipirinha, manhattan, Gin Fizz,…) así como cócteles gallegos cuya base es el orujo. Un establecimiento donde no falta de nada. Una amplia y luminosa barra nos acoge en la espera al resto de comensales o es el espacio ideal para un picoteo o disfrutar de un cóctel.
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un comentario
Todo muy bien como se indica pero el servicio debería estar un poco más atento y retirar platos vacíos (el del aperitivo), copas de vino que no se usan, botellas de agua vacías, etc. Que no pasa nada, pero estorban en la mesa. Por todo lo demás muy bien.