Las 12 horas del vermut (Madrid)

Escrito por: Maximo 14 junio 2016 2 minutos

Hace muchos años se decía al salir de misa, al salir del trabajo, al salir a dar un paseo «es la hora del vermut», pues ahora son las 12 horas del vermut. Pues sí, todo el mundo lo dice y es verdad, ya es una frase hecha pero no nos resistimos a decirla «El vermut está de moda». Hemos empezado a escribir vermut porque así figura en la publicidad del mismo, pero también está admitido vermú, así que seguiremos con esta última por ser más corta. Son 12 horas, de 11 de la mañana a 11 de la noche, con un pequeño descanso de 15 a 16 horas, que finalmente son 11 horas efectivas para degustar esta bebida tan agradable de sabor pero que se sube a la cabeza, más o menos dependiendo de la costumbre.

Debemos felicitar a la organización del evento o a quien corresponda por dos razones: la primera el entorno donde se ha celebrado, en los maravillosos jardines del Hotel Miguel Angel de Madrid y la segunda porque es el primer evento monográfico de destilados o bebidas alcoholicas de alta graduación en las que hay comida sólida, con costo, que estamos de acuerdo, pero existe la posibilidad de adquirirla. En este caso con un maridaje al revés, los pinchos se han adaptado a la bebida.

No vamos a describir todos los vermús, hemos hecho la cata de algunos de ellos y a nivel general todos están muy bien elaborados, la presentación de la botella en muchos casos es elegante, en otros casos al ser vermú de grifo pues no tanto, pero la calidad es destacable y los orígenes son variados, del Norte del Sur, del Este, del Oeste, con las uvas autóctonas y en algún caso elaborados de forma artesana, como el vermú Arlini, que hemos conocido la semana pasada en Casa Elena. o el vermú Luis Marinero en una reciente visita a El Café de Oriente.

Os recomendamos ir probando cada uno de ellos, poco a poco, ya fuera de este evento, en el trascurso del tiempo, con un consumo responsable, pues es una bebida muy rica de sabor pero que debido a que es dulce, se sube fácilmente a la cabeza. Un vermú se puede disfrutar en compañía de amigos y familiares, pero no cuando se va a conducir posteriormente. Os dejamos con unas fotografías pues como dice el refrán una imagen valen más que mil palabras.