El Asador de Aranda en Barcelona
No es que acabe de llegar, lleva algunos años porque su especialidad es el asado castellano, como bien se puede comprobar (tiene varios establecimientos, hemos visitado el de la calle Londres). Cada región española tiene sus especialidades, en el caso de Castilla es el asado. Bien sea el lechazo, bien el cochinillo, en horno de leña, a fuego lento, con materia prima de primera clase y con certificado de garantía. El resto, buen maestro asador y buen apetito.
Nada más llegar veremos un ambiente castellano, con las mesas recias, las paredes que nos recuerdan un poco a los salones de los castillos de la Edad Media, un ambiente acogedor, sobre todo cerca del horno que está a la vista del público y donde se elaboran prácticamente todos los platos (incluso las chuletillas de cordero se hacen en el mismo a la parrilla, ¡¡¡más natural imposible!!!.
Los ingredientes básicos y que no pueden faltar: Lechazo o cochinillo pequeño, la torta de Aranda, la lechuga de Medina y el vino, a ser posible, de la Ribera del Duero. Bien empezamos, porque estos productos son los que se reciben desde sus zonas de producción, igual que si se comiera en el mismo Aranda de Duero.
Pero antes de llegar a este plato (os recomendamos que al hacer la reserva indiquéis si vais a tomar lechazo o cochinillo y cuántas raciones, normalmente de lechazo es un cuarto para dos personas, pero… hay alguien que yo conozco que se come un cuarto él solo). Decíamos que antes de llegar al lechazo o cochinillo, podemos tomar morcilla de Burgos y chorizo, os puedo decir que sin una gota de grasa (visible). O unas croquetas, pero tampoco hay mucho más (ni falta que hace).
Llegando al segundo plato, hay que remangarse y si hay que echar las manos se echan, comer cómodamente. La ensalada fresquísima, con un sabor especial y la torta de Aranda (el pan redondo que seguro que os sirven) excepcional, que ya habréis probado con la morcilla y el chorizo. El lechazo exquisito, el cochinillo crujiente, qué manjares, pero hay que partir de un buen producto.
Llegado el postre pues depende del estado de cada uno, quizás paséis directamente al café, pero antes debéis probar las exquisitas rosquillas de la casa, pequeñitas, fritas, pero con una fórmula secreta (al menos no las venden ni hemos conseguido que nos la digan). Se acompañan con un vino dulce que acompañan a las mismas a la perfección. Cuidado si hay que conducir posteriormente. ¡¡¡Pero que bien hemos comido!!!.
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