Asador El Extremeño donde el cabrito es el protagonista (Villa del Prado)
A veces visitas los restaurantes porque te gusta el ambiente, el paisaje, el entorno y por supuesto la comida. En este caso el objetivo era muy concreto: Comer cabrito asado en la terraza, entre semana, no festivo tres comensales y sin prisas. La «Operación cabrito asado» resultó un éxito.
Habíamos reservado mesa a las 14,15 (siempre lo hacemos, es mejor para nosotros mismos pues nos garantiza que está abierto y hay plazas) pero lo planificamos para llegar antes y dar un paseo por el pueblo. El restaurante dispone de un amplio aparcamiento en el interior y también en la parte de la entrada. Comodidad ante todo.
Como hemos dicho al principio nos dimos un paseo hasta la Plaza Mayor donde se encuentra el Ayuntamiento, la Iglesia, la Biblioteca y una terraza muy agradable (es una zona peatonal) de La Favorita. Nos sentamos a tomar el vermú, como debe ser, en Madrid es la bebida que llegó a dar nombre al aperitivo «vamos a tomar el vermú». Nos sirvieron un aperitivo «manual» (no aceitunas, no patatas fritas de bolsa) un aperitivo elaborado. Después de una placentera estancia volvimos al restaurante-asador.
Habíamos reservado también la carne por lo que pedimos directamente el cabrito, una pierna y un cuarto delantero como así nos lo sirvieron. La atención excelente, profesionales por los cuatro costados, cuarta generación del negocio. Nos dejaron la fuente del asado porque así lo solicitamos y nos fuimos sirviendo. También trajeron unas patatas fritas recién hechas y de la casa (una más grande que otra, …) nada de congeladas que son todas iguales.
Pues qué decir, el cabrito impresionante. Crujiente por fuera, tierno por dentro, utilizando las manos cuando era necesario y acompañado con una ensalada que fue suficiente para los tres comensales. Una botella de vino de la zona de excelente calidad y agua acompañaron esta sabrosa y bien preparada comida. En los postres no nos pusimos de acuerdo y fueron individuales.
Nosotros elegimos la terraza, donde se puede ver el horno de leña, en dos espacios diferentes pero también disponen de un amplio comedor y una barra. Dentro del espacio también existe un hostal (por si queremos quedarnos más tiempo). Una buena señal es la cantidad de mesas ocupadas (en torno al 80%), en día laborable. El menú del día tiene un costo de 17 euros y es muy atractivo.
Estamos buscando fecha para volver a disfrutar de este espacio donde se nota que eres bien recibido y el trato es muy agradable. Nos queda probar algunos entrantes (mollejas de cabrito al moriles, espárragos trigueros a la parrilla, parrillada de verduras, …) y algunos platos principales como el conejo de monte al ajillo, el lomo de vaca madurado a la parrilla, el cochinillo asado. Pediremos «refuerzos» y organizaremos un festín compartiendo todos estos platos y … alguno más.
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