Restaurante ANG – Lunch Bar (Vila de S. Antonio-P)

En nuestro pais vecino Portugal, nada más cruzar la frontera por Ayamonte nos encontramos con esta pequeña, pero muy activa, población donde además de poder comprar los productos típicos que de siempre se han adquirido en las poblaciones fronterizas con el mismo (toallas, sábanas, ropa del hogar,…), vamos a disfrutar de la desembocadura del Guadiana así como de la comida típica portuguesa, muy rica en pescado y marisco, pues tiene río y mar.

Esta Asociación tiene dos establecimientos, uno en el muelle donde llega el trasbordador desde Ayamonte y otro más hacia el mar, siguiendo la corriente del mismo, en el otro extremo del Club Náutico. Nosotros hemos estado en el primero, muy buen servicio, precios muy correctos, con unas vistas agradables a la costa española y al pequeño puerto deportivo de la ciudad. Habíamos reservado mesa porque siempre nos gusta hacerlo, aunque parezca que no hace falta, de esta forma nos ahorramos algún contratiempo. Al reservar hay que tener en cuenta que en Portugal es una hora menos.

Hay un tema en Portugal que son los aperitivos. Sin consultar y sin saber si te gusta o no (queso, aceitunas, crema de sardinas,…), traen varios (que además cobran), quitan el hambre y hay problemas para comer lo que se ha pedido. En nuestro caso dijimos que no queríamos, si bien nos trajeron un aperitivo de la casa compuesto de buñuelos de bacalao y ensaladilla rusa (¡¡¡riquísima!!!).

Hay un plato muy típico en Portugal que es la cataplana, una especie de wok con tapadera, de muchas clases, nosotros la hemos pedido de almejas (aunque en la fotografía ocurre como con el refrán de que los árboles no dejan ver el bosque, en este caso las cigalas no dejan ver las almejas). Tiene además de algunas verduras, carne, cigalas, es decir, es un plato muy completo y que hay que probar (de almejas o de otro tipo).

Y no puede faltar el arroz de marisco, un arroz caldoso, con mejillones, almejas, chirlas, buey de mar, cigalas, langostinos,… todo ello preparado de una forma digamos que distinta a un arroz caldoso español. En nuestro caso siempre nos gusta servirnos en pequeñas porciones, pues así el resto se mantiene caliente y el caldo lo va consumiendo el arroz, teniendo al final un sabor más potente. Tanto en la cataplana como en el arroz de marisco pedimos dos raciones para cinco comensales y fué suficiente.

Los postres, todos caseros y exquisitos. Un flan con nata delicioso, textura excelente. La tarta de queso de una textura fina y sabor elegante. Otro de los postres ha sido una tarta de nueces . Los cafés estupendos, nos encanta el café en Portugal, siempre excelente, además de un precio muy correcto, nos lo sirvieron con una pequeña pieza de mini bollería.

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