El baret de Miquel Ruiz (Denia-A)

A veces tenemos la intención de no publicar algún artículo, no porque esté mal el establecimiento, sino por todo lo contrario, porque al publicarlo el público acude al mismo, confirma lo que escribimos y pasado un tiempo llamamos para reservar y no tenemos sitio, pero también es una falta de respeto si nos quedamos estas joyas en secreto, no está bien, todo el mundo debe disfrutar de estas delicias y a este precio y con este servicio.

Miquel es un profesional que ha estado en las alturas gastronómicas, estrella Michelín incluída, pero que prefiere no tener tanta presión, ofreciendo unos platos hechos con cariño, poniendo todo el interés en cada aceituna o cada detalle del mismo. En este baret, un espacio con una sencilla decoración y sin grandes «derroches» (mantel individual de celulosa y servilleta del mismo material), pero como no se comen no hay mayor problema. El festival gastronómico nos espera.

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Al sentarse nos presentarán la carta (una hoja nada más) donde vamos a encontrar todas las ofertas, la mayoría son raciones individuales o por unidades, nosotros éramos seis comensales y hemos compartido todo. También nos «cantan» otras preparaciones o variaciones sobre la carta, todas ellas a un precio acorde con las que figuran en la carta. El servicio es amable, profesional y se siente feliz, alegre, sin presión, como podéis ver en la cara de Miquel preparando uno de los postres.

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Los platos servidos a un ritmo correcto, sin presiones, sin espacios vacíos, por lo que todos los platos se toman a temperatura correcta. Hemos comenzado por unas croquetas de fesolls y naps, crujientes por fuera, casi líquidas por dentro y calientes. Casi al tiempo nos han servido el pastisset de higado de pato y boniato ¡¡¡Extraordinario!!!. Un gran comienzo.

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Una Berenjena a la brasa con queso de cabra y miel continuó esta delicia de platos donde la presentación, el sabor y la calidad de los productos ha sido extraordinaria. Unos exquisitos figatells de sepia nos han sorprendido positivamente, nos han indicado que era su tapa estrella. Platos regionales, platos muy bien elaborados y originales. Un sashimi de bonito excelente, sabor delicado y un punto de sal.

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Pues sí, todavía nos quedan algunos platos y los postres. Un bocadillo de calamares sin pan, donde el calamar viene en finas tiras como cintas y el pan es sustituído por un fino y crujiente hojaldre. ¡¡¡Un plato que hay que probar!!!. Una costilla de cerdo asada a baja temperatura, con un puré de patata consistente han puesto fin a la parte «salada». Pero queda la parte dulce.

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Hemos dicho que el hojaldre le trabajan muy bien y no podía ser menos en el postre: tarta de manzana (cruda) y helado, no muy dulce, con un sabor extraordinario, una conjunción de productos equilibrada, en definitiva, la reina de las tartas (se puede compartir). Una coca de almendra con crema de limón, con un aspecto similar al tocino de cielo pero que no tiene nada que ver, pues no está tan dulce ni el sabor es similar.

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El toffee de turrón con chocolate debería de tener un premio a la originalidad y la presentación, pues el equilibrio de los productos que lo componen (más de diez) lo convierten en un postre difícil de poder degustar en otro establecimiento.

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Un establecimiento muy recomendable, sobre todo porque hemos visto que todos los que trabajan en el mismo están felices y sonrientes, que no tienen prisa, que explican todo lo que se pregunta y están para que el cliente se sienta satisfecho y cómodo. ¡¡¡Enhorabuena!!!. Con dos entradas individuales (croqueta, figatells, pastisset de higado de pato,…) y un plato es suficiente, probando varios platos. Para el postre compartir la tarta de manzana.

Si no residís en Denia podéis aprovechar para ver el Yate Fortuna, amarrado en el muelle de Tansmediterránea actual propietaria del mismo. Hay un pequeño barco que une por mar el paseo marítimo (donde estaba el antiguo muelle) con el actual, de una forma gratuita.

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