Bodega Marfil (Alella-B)
Aunque se trate de una bodega centenaria, productora de vinos con la denominación de origen Alella, no vamos a escribir sobre los mismos, sino del magnífico (y amplio) restaurante que acoge en la misma. En principio podemos visitar la excelente tienda donde están expuestos todos sus vinos, con precios, con los premios obtenidos, con sus variedades, lo que nos permitirá llegar a la mesa casi casi con la decisión del vino elegido.
Pero vayamos al restaurante. Amplio, con la cocina a la vista (este detalle significa honradez), con una chimenea que nos imaginamos en invierno encendidad y calentando de una forma natural toda la sala. Bien atendido, un servicio profesional y donde hay tres apartados : Cocina de platos, barra y cocina de postres.
En la carta vamos a encontrar una amplia selección de platos. Además de una hoja con las sugerencias del chef, las entradas frías (ensaladas varias, esqueixada de bacalao, escalibada, …) o las entradas calientes (croquetas de pollo o paletilla de ibérico de bellota, pimientos del piquillo, queso al horno, tostadas…) y sin faltar los caracoles tanto a la lata como picantitos.
Los segundos platos contundentes, especialmente el chuletón gallego a la brasa (una de las recomendaciones del chef), realmente una carne excelente, sabrosa, en su punto de maduración aunque quizás un poco pasada (no preguntan como se desea la carne). Los irresistibles pies de cerdo, donde Cataluña es la mejor región española donde se preparan (al igual que los caracoles).
Además de estas carnes hay conejo lechal a la brasa, filetes, pollos de campo, brochetas de carne, pero nos hemos decidido por la catalana butifarra con judías, buena ración de las mismas. Un entrecot al cabrales completó los segundos platos, con la carne también un poco pasada.
En los postres helados y crema catalana, así como cafés. Una comida muy agradable, cómoda, con una muy buena relación calidad/precio pero con un detalle que pone un borrón en la comida. No es importante, es un detalle que se debe de cuidar. La salsa de los pies de cerdo se merecía acompañarla de pan. Pedimos un trozo y nos cobraron 0,05 céntimos, en una factura de más de 130 euros. Entendemos que para que sirvan un plato o cualquier producto sea necesario marcarlo para que informáticamente le llegue al responsable de prepararlo y pusieron el precio mínimo. Pero en algunos casos hemos visto facturas donde figura «chupitos=invitación».
El punto anterior no impide confirmar que es una muy buena relación calidad/precio, en un entorno agradable, donde se puede disfrutar de una buena mesa y atendidos por un buen servicio. Muy recomendable. La señora que estaba en la bodega nos imaginamos que es la propietaria, de una amabilidad exquisita y muy profesional en todos los aspectos.
Barcelona Dos jamones #alella #caracoles a la lata #caracoles a la llauna #chuleton gallego #crema-catalana #ensalada templada de langostinos #pies-de-cerdo #vino
Comentarios cerrados