CASA ROCHER (MARENY DE SAN LORENZO-V)

Sentarse a la mesa de este renovado restaurante es como tocar el cielo, servicio eficaz y eficiente, platos bien presentados, calidad sobre calidad y una elaboración extraordinaria, convierten a este restaurante, fundado en 1960, (ha cumplido las Bodas de Oro con todos los honores, pues en el año 2008 fué completamente renovado), en una referencia de calidad.

Nos gusta la cocina tradicional, también nos gusta la cocina moderna o evolucionada, y en este establecimiento hemos encontrado ambas cosas. Además la primera semana de cada mes preparan un menú con cocina tradicional valenciana (Octubre, la semana de las setas, Noviembre, semana de carnes de caza, Diciembre, semana de la anguila, así hasta el mes de mayo de 2012). Tiene un precio de 25 euros, en los que no está incluída la bebida pero sí el IVA.

Te reciben con una degustación de aceite y un aperitivo que en este caso era un puré de verduras. Exquisito, se notaba todo el sabor y la frescura de los productos empleados en la elaboración del mismo.

Indicar que en la carta, en los entrantes, se pueden pedir medias raciones, lo que permite poder probar varios platos. Seguro que os vais a quedar con ganas de probar muchos, pues todos son muy apetecibles. Tanto la fotografía superior con el calamar fresco a la plancha como en la inferior, los mejillones al vapor, son medias raciones.

Seguimos diciendo que nos gusta que nos traten bien, no decimos en plan pesado, sino que si es posible satisfagan el gusto de los clientes. Nos explicamos. Este restaurante nos lo habían recomendado en otro estupendo restaurante, Casa Gijón de Quart de Poblet, donde una vez pedimos all i pebre y nos dijeron que aquí, en Casa Rocher, era donde mejor lo hacían. Pero también queríamos probar el arroz, pues pertenecen a la Cofradía Internacional del Arroz, y entonces ¿Cómo solucionarlo?. Pues preguntamos que si podían preparar arroz para una persona y nos dijeron que sí. Esto es satisfacer al cliente.

El all i pebre como ya nos habían adelantado, fuera de serie. Exquisito. Sabor muy pronunciado y una ración generosa. El arroz elegido fué de raya, cangrejo y calamar, donde haciendo honor a su pertenencia a la Cofradía resultó tremendamente exquisito.

Los postres todos caseros, donde se plantea un gran problema al elegir. De verdad estábamos completamente satisfechos, pero no nos pudimos resistir a uno denominado «sandía en texturas». La presentación en principio no sabíamos si nos traían un cuadro de Miró en relieve o era el postre. ¡¡¡Qué sabor!!!. Otro detalle, el postre lo sirven con un sólo vasito de sorbete de sandía, pero como dijimos que íbamos a compartir, trajeron dos.

Solamente nos queda recomendaros este restaurante, que además dispone de un espacioso aparcamiento en la parte trasera del mismo, donde podréis ver un extenso arrozal que llega justo hasta el borde de la terraza.

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