Conservación Jamón Ibérico – Consejos prácticos
Seguro que por estas fiestas habéis comprado un jamón ibérico, porque son días donde se reúne toda la familia y hay que tener productos que les gusten a todos, grandes, pequeños y medianos. Que está el abuelo con buena dentadura, en taquitos como cuando él era pequeño. Que está el cuñado que sabe mucho pues lo corta con cualquiera de los cuchillos jamoneros que encuentra por casa y va sirviendo platos, que los más pequeños quieren probarlo, pues seguro que les encanta. Pero el jamón es un producto vivo, hay que cuidarlo, en caso contrario se seca, pierde la grasa, pierde ese brillo, pierde parte de sus maravillosas cualidades.
Os presentamos algunos consejos, no son laboriosos, son simplemente de tener cuidado. Uno de los mejores es que partáis un poco cada día o como mucho cada dos días pero si no es posible estos consejos os permitirán disfrutarlo en las mejores condiciones más tiempo.
Después de haber despertado nuestro “Sentido Ibérico” tras disfrutar, un año más, del inconfundible sabor del Jamón Ibérico durante las fiestas navideñas, surgen algunas dudas sobre qué hacer cuando has abierto tu pieza y no la has consumido entera. En este sentido, la campaña de promoción del Ibérico impulsada por ASICI junto a la UE, “Jamones Ibéricos de España, Embajadores de Europa en el Mundo”, destaca tres consejos clave con los que puedes alargar la calidad de tu pieza, evitando su oxidación y conservando todos sus aromas y sabores.
1.-Alejado de la luz solar y conservar a temperatura ambiente
Una vez abierto, para conservarlo de la mejor manera posible, lo recomendable es guardarlo en un lugar fresco y seco, a salvo de la luz directa del sol, evitando cambios de temperatura.
Para que mantenga todas sus cualidades organolépticas, así como su seductor aroma y su intensa textura, se debe dejar sin limpiar la capa exterior de la parte que no vayamos a cortar.
2.- Hidratarlo con su propia grasa
Es importante hidratar el Jamón Ibérico con su propia grasa al terminar de cortar y justo antes de empezar, frotando sobre la superficie del corte. Para ello es fundamental conservar la grasa interior blanca que se ha retirado cuando se ha abierto la pieza. Nunca se debe utilizar la grasa de cobertura exterior, de color amarillento y sabor rancio.
Posteriormente, se debe tapar con un trapo opaco de algodón, protegiéndolo así de la luz y la humedad para evitar el contacto con el aire. Si el consumo no va más allá de 48 horas, también se puede utilizar un film transparente que se adhiera a la carne y permita su conservación en condiciones óptimas.
3. Envasado al vacío
Los blíster o envases unitarios de Jamón Ibérico son una de las opciones más versátiles e interesantes para conservar el sabor y el aroma de esta joya de la gastronomía mediterránea. En este caso, es importante guárdalo en el frigorífico a una temperatura de entre 5ºC y 2ºC. No se recomienda congelarlo ya que puede perder propiedades.
Para apreciar todos sus matices, se debe sacar con, al menos, dos horas de antelación. Es aconsejable sumergirlo unos instantes en agua templada y abrir el blíster media hora antes de servirlo. La temperatura ideal de consumo es de 24ºC y la grasa del Jamón Ibérico debe tener un tono transparente, de este modo sabrás que es tiempo de degustarlo en su máximo esplendor.
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