Decoración para la mesa de Navidad
Estaréis con nosotros en que si en algún momento tenemos que sacar las mejores galas, sin duda, es la Navidad. La cubertería que seguramente hace un año no utilizamos, los bajoplatos, la cristalería, mantelería e incluso la vajilla, todo tiene que ser especial, está lleno de magia y encanto, porque celebramos que al menos, una vez al año, nos reunimos con los nuestros.
No es cuestión de saber protocolo, pero sí unos trucos que pueden hacer más elegante esa mesa, que ya de por sí es especial, para que tenga un toque mucho más personal, único y sorprendente. Y si no tienes nada especial, con más razón para aportar imaginación para que se cumpla el deseo y la felicidad de la Navidad.
Mantelería y cubertería
El mantel blanco es el color por excelencia en las mesas, que aporta pureza y sensación de limpieza, pero en esta época se suele utilizar un mantel con tonos rojos o algún motivo navideño. No es necesario que lo tengamos, la decoración también suplirá esta carencia si aportamos un toque rojo con algún adorno. Las servilletas nunca dentro de las copas, aunque sí en la parte izquierda o sobre el plato, con algún adorno o cinta anudada.
La cubertería no tiene porqué ser de plata, pero eso sí, intenta sacarle brillo, es una celebración importante. También recordarte que debes poner los cubiertos en orden desde el exterior al interior siguiendo el orden de los platos. Los tenedores a la izquierda y los cuchillos, con el filo hacia el plato, a la derecha junto con la cuchara si la hubiera. Los de postre van en la parte superior del plato perpendicular a los otros.
La vajilla y cristalería
Un bajoplato siempre aporta elegancia en la mesa. Lo importante es que destaque con respecto al mantel y a los platos, dando un toque de color. Si quieres comprarlos, es el momento de que sepas que los colores blanco/dorado, blanco/rojo o rojo/verde son los preferidos para la ocasión. Son baratos y el resultado no tiene comparación. Si la vajilla tiene algún adorno, recuerda alinearlo con el comensal y en cualquier caso, recto.
En caso de incluir plato para el pan, recuerda que se coloca a la izquierda del comensal y si es posible, con un cuchillo de postre sobre el plato.
Las copas también tienen un orden y debe seguirse para satisfacer a los más enólogos de la mesa; se colocan en la parte superior derecha del plato con la copa de agua más a la izquierda y, siguiendo a la derecha, la de vino blanco, vino tinto y por último la de champán. En caso de que el sitio sea un problema, se puede dejar esta última para el momento de brindar.
El centro de la mesa
Aunque puede obviarse, siempre es agradable tener un centro de mesa bonito y acorde con la celebración. En este caso un motivo navideño es fundamental y a falta de este, podríamos utilizar unas velas rojas en el caso de ir a juego. En caso de color similar del mantel, se pueden utilizar unas velas blancas. Tened en cuenta que el contraste debe existir siempre.
Una idea sencilla y barata es utilizar un vaciabolsillos o incluso un bajoplato plateado y adornarlo con palitos de madera, piñas, lazos, hojas de flor de pascua o cualquier adorno que tengas por casa. Es fundamental incluir alguna vela, si pueden ser varias de diferentes alturas, quedará mucho mejor.
Para los peques de la casa
En este terreno complicado en el que cada familia tiene su propio criterio y tradición, lo normal es habilitar una mesa aparte con adornos más infantiles e incluso jugar con ellos a preparar la mesa, porque su imaginación también cuenta. Es un día muy especial para ellos y así debemos hacérselo sentir y complacerles en la medida de lo posible.
Debe estar lo suficientemente lejos como para no molestar a los demás adultos, pero lo suficientemente cerca como para poder controlarles en caso de alboroto o accidente. No debemos poner nunca velas o adornos delicados o peligrosos que puedan romperse y cortarse, como el cristal.
Si hubiera niños y fueran muy pequeños, es aconsejable sentarlos junto a sus padres, o al menos, junto a uno de ellos, en la mesa principal para que le ayuden a comer.
Sin embargo, la alegría de la casa suelen ser los niños, por lo que en el caso de estar educados para ello, pueden sentarse en la mesa principal sin ningún problema. Deben ser conscientes que no deben molestar al resto ni chillar o gritar y, de ninguna manera, jugar con la comida.
¡Feliz cocina!
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