Espacio 33 (Madrid)
Ubicado en la planta 33 de la Torre Espacio, una de las Cuatro Torres que se divisan desde muchos kilómetros alrededor de Madrid y que nos ofrece, entre otras muchas sorpresas agradables, unas vistas impresionantes de Madrid (Sierra Noroeste, Aeropuerto de Barajas, Paseo de la Castellana,…) todo ello dependiendo del lugar donde nos encontremos.
Son diferentes si estamos en la amplia, cómoda y acogedora recepción o Sala de espera a los compañeros de mesa que si estamos disfrutando de una buena mesa o si nos encontramos en alguno de los reservados de que dispone, con capacidad desde 6 comensales hasta 16, no llevando recargo sobre el precio de carta pero disfrutando de una mayor intimidad.
Decir que todos los platos que figuran en las fotografías representan la mitad de un plato normal, pues cada uno de ellos es para dos comensales, emplatado individualmente. Ni que decir tiene que desde la llegada el servicio agradable, muy profesional, excelente conocimiento de su función y con un asesoramiento correcto en cada uno de los temas. De aperitivo sirvieron unas aceitunas así como anchoas sobre tomate rallado, aceite de oliva y pan de cristal. ¡¡¡ Qué buen comienzo!!!.
Comenzamos con una tempura de verduras con emulsión de salsa tártara. Las verduras crujientes, nada aceitosas y la salsa ligera para no interferir en el buen sabor de las verduras. El segundo entrante fué pulpo a la parrilla sobre patatas revolconas y salsa de pimentón. Una nueva versión de las patatas revolconas que resultan espectacularmente sabrosas.
Continuamos, insistimos son medios platos en todos los casos, con un lomo de merluza sobre mayonesa de moluscos (el mar llega de pleno a la boca), gamba blanca y patata rejilla. En su punto, primero a la plancha y terminada al horno. ¡¡¡Espectacular!!!. Si, todavía hay más. Un Lomo de buey, en su punto, carne bien madurada, sabor potente y acompañado de un puré de patata trufado que te transportaba… al cielo, aunque ya estábamos muy cerca.
Decir que la especialidad es el Steak Tartare, un plato muy difícil de preparar porque la carne debe ser de primerísima calidad, como lo es en este caso. Se corta a cuchillo dos veces en cocina, tiene un peso de 300 gramos (no olvidar que es carne limpia, sin ningún desperdicio) y se termina de preparar en Sala, a la vista y gusto del comensal (más o menos pimienta, más o menos sal,…). Un plato para disfrutar doblemente en este espacio.
El postre. Pues debe ser que al estar a mayor altura la fuerza de la gravedad es menor y se siente un ligero alivio de peso, pero sí, también tomamos postre. Un hojaldre de Manzana a la canela con helado de manzana verde. El hojaldre muy cruciente, el interior con excelente sabor a manzana, todo ello sobre una crema de almendras. El otro postre fué un chocolate en texturas, tanto de tipo de chocolate como de suavidad y cremosidad al consumirlo.
Junto con el café nos sirvieron unos petit fours, nuevamente sorprendentes, como una trufa de pistacho así como un crujiente con crema y fresa. Una comida para recordar mucho tiempo pues la atención recibida, el entorno, el buen ambiente y un servicio de mesas impecable, a un ritmo correcto y los platos a la temperatura correspondiente. ¡¡¡Un gran Espacio para disfrutar tanto con amigos como en reuniones de trabajo!!!.
Muy importante: Imprescindible hacer reserva, pues al encontrarse tres embajadas en el mismo edificio, los controles son necesarios. Si se desea llevar vehículo propio igualmente hay que dar los datos del mismo. No olvidar el carnet de identidad, pues hay que identificarse en la planta cero. Ello conlleva una gran seguridad y tranquilidad mientras se disfruta de este restaurante.
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un comentario
Siempre me han gustado las vistas desde edificios altos, en este caso es espectacular porque es casi circular. Se puede ver Madrid, la sierra, El Pardo, todo muy bonito y la comida genial. Hasta que se llega hay que pasar algunos controles de seguridad, pero no son muy «pesados». Merece la pena.