El Jardín de la Máquina (Madrid)
Comenzamos por aclarar que está en el km. 11 de la A6, cerca del Hipercor de Pozuelo de Alarcón, a dos pasos de la estación de cercanías de El Barrial, si bien pertenece a El Plantío. Es una antigua casa de campo que se ha reconvertido en un multiespacio donde vamos a encontrar amplios salones, espacio de barra, muchas mesas al aire libre, un espléndido lago con amplísima terraza, salones para eventos, … Te encontrarás muy cómodo.
En nuestro caso hemos ido en sábado, a mediodía (14,15 horas) y la barra estaba casi al completo, las mesitas altas de la entrada igual y las mesas al 20%. en los 30 minutos posteriores se hizo el completo de todas las mesas excepto una zona para un bautizo y otra zona para una boda. No nos enteramos de nada, sin ruidos, sin molestias de ningún tipo. Lo hemos conocido porque hemos recorrido casi todas las instalaciones. Está diseñado de forma que se pueda estar tranquilo y cómodo. Después de esta pequeña «orientación» para situarnos pasamos a la mesa.
Hemos pedido unos entrantes para compartir, además de las croquetas de aperitivo. Los platos servidos a buen ritmo y a su temperatura correcta. Empezamos por un plato que nos gusta pero hace mucho que no habíamos comido ¿quizás porque hace algunos años que no vamos por Andalucia?, pues debe ser, pero los chanquetes con huevos estaban extraordinarios.
Otro de los platos también muy playero fueron las coquinas a la plancha. Igualmente de muy buen tamaño, sin tierra y excelentes de punto. Un plato muy típico para compartir como la ensaladilla rusa no podía faltar. También todo muy rico. Y pasamos a los platos principales.
Siempre nos gusta fijarnos en los platos que sirven en las mesas cercanas, en este caso un rape a la brasa (para 2 personas) servido de una forma atractiva. En nuestra mesa se decantó algún comensal por el tartar de atún rojo de almadraba. Quizás un poco aceitoso.
Otra opción fué compartir un Rib Eye (un corte de vacuno muy tierno y sabroso que en español se denomina «ojo de costilla») entre dos personas. Se sirve acompañado de patatas fritas y pimientos del piquillo. Buen corte y en su punto. Muy recomendable para carnívoros.
Los otros dos comensales se decantaron por otros platos también tradicionales. Unas mollejas de ternera con patatas paja muy bien presentadas y una ración abundante, muy fácil de consumir por los niños por ser una carne muy tierna y sabrosa.
Por último un plato del apartado Aquí se Guisa denominado Callos y Morros, de muy correcta elaboración y generosa ración. En el apartado de referencia se pueden encontrar otros platos como Fabada con su compango, Rabo de vacuno, Arroz meloso con setas, … En general todos los platos muy satisfactorios.
En el capítulo de postres no hubo acuerdo y se solicitaron prácticamente todos los postres de la carta. Helado de chocolate blanco, Sorbete de Lima y Limón, Sorbete Fruta de la Pasión, Cheescake de Oreo y Arroz con leche (este último aunque en la carta figuraba requemado solamente venía espolvoreado con canela). Fué el capítulo menos satisfactorio.
De la bodega se consumió vino tinto Camins del Priorat, un coupage de distintas uvas predominando la garnacha. Producido por Alvaro Palacios y que armoniza perfectamente con los platos consumidos.
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