Jatorrena (Labastida – AR)
Un restaurante donde hemos tomado una comida tradicional y típica de Rioja Alavesa, que a pesar de su capacidad (trescientos comensales en el comedor inferior y 40 en el superior) estába casi a rebosar. Ya al entrar te anuncian el menú típico de la casa, que merece la pena pues son productos de primera calidad y que preparan al momento, como podréis comprobar en la lectura del artículo.
La materia prima principal son las carnes. Hay dos cocinas, una para todos los platos que no sean de parrilla y otra cocina solamente para carnes a la parrilla, donde disponen de un horno donde no asan, sino que tienen las ascuas que van a poner en cada «brasero» donde sirven las carnes, para que no pierdan temperatura y tomarlo más pasado si se desea. Este horno se recarga no por el frente, sino desde el piso superior.
Indicar que nosotros no hemos pedido chuletón, sino que hemos pedido otra especialidad cárnica, pero el que os mostramos pesa 1.200 gramos, que aunque teóricamente es para dos personas, en muchos casos es una sola la que da buena cuenta de él. Estando en la zona de parrillas ha llegado una camarera solicitando «uno de quinientos y otro de ochocientos».
Pero vayamos al menú. De aperitivo una acertada y oportuna ración de pimientos asados (exquisitos) y morcilla frita de arroz, que acompañaban al día, pues estaba un poco frío y con lluvia. Este aperitivo levantó los ánimos de los presentes, además de las piparras ¿por qué no se encuentra tan buenas en otras zonas?, de la que igualmente dimos buena cuenta.
Continuamos con unas patatas a la riojana. Por si alguien no las conoce son patatas cocidas con chorizo, un plato que parece sencillo pero al volver de esta zona de Rioja Alavesa las hemos preparado (traíamos el chorizo de Laguardia), pero no han salido iguales. ¿Será el agua? ¿Será el fuego donde se cocinan? ¿Serán las patatas? Pues no, es el toque que le da quien lleva muchos años haciéndo este plato.
Y llegó la hora de la carne. Las Chuletillas de lechazo al sarmiento. Se nota muchísimo. El sarmiento traspasa todo su olor a la carne, que se convierte en un plato excepcional, donde se aprecian otros sabores, no tienen nada que ver con las chuletas fritas o preparadas de cualquier otra forma. ¡¡¡Extraordinarias!!!.
Este menú acabó con una cuajada casera con miel. Más que suficiente después de los platos anteriores. El vino que acompañó esta comida fué un Tinto primavera de Bodegas Solagüen. Labastida.
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un comentario
¡Qué pinta tiene la carne! ¡ Qué pinta tienen las patatas, qué pinta tienen la morcilla con los pimientos y que pinta tienen las piparras!. ¿Me puedes decir lo que cuesta el menú?