Malafemmena el restaurante italiano para la mujer con carácter (Madrid)

Un restaurante en el que según se va recorriendo desde la entrada va sorprendiendo, por su elegancia, por su distribución y por su decoración. No menos impresionante es la amplitud del mismo, con distintos espacios para que la comodidad esté asegurada. Unos amplios ventanales proporcionan una luminosidad a todas las mesas. Cómodo y agradable.

Se aprecia una excelente atención, los platos servidos a temperatura correcta y a buen ritmo. Raciones que pueden ser compartidas pues son generosas o que permite disfrutar de un mejor conocimiento de su cocina, que es rica en deliciosos sabores y los productos que las componen son de gran calidad. Nuestra experiencia ha sido de dos personas, compartiendo todos los platos, entre semana sin ser festivo y con el restaurante al 90% de ocupación (calculamos una capacidad para 120 comensales aproximadamente, dependiendo de la composición de las mesas).

Inaugurado en el mes de Septiembre y perteneciente al Gruppo Pulcinella (Pulcinella, Ornella, Pummarola, Maruzzela y Rigatoni) y que ya está consolidado como un referente de la capital. Pasamos a nuestra experiencia. Teníamos reserva por lo que al llegar nos acompañan a nuestra mesa, agradable, cómoda y suficientemente amplia para disfrutar de una buena comida. Lo primero que nos llega es la bebida y un aperitivo de pizza de pasta muy fina napolitana.

Comenzamos los platos con el primero de la carta denominado La Nostra Burrata, con un toque de pesto y acompañado de una bruschetta napolitana de excelente tomate cherry. Una calidad y elaboración excelente. Para nosotros la burrata es uno de los productos que más valoramos para detectar la calidad de un establecimiento. En este caso obtiene un sobresaliente alto.

Lo confesamos, el siguiente plato es el que más nos ha gustado de todos, sin desmerecer al resto, pero el sabor que hemos encontrado en la Lasagna vegetale donde las berenjenas, calabacín, salsa pesto y bechamel proporcionan un sabor sorprendente y delicioso, un plato estrella de esta carta.

Y acometemos un plato de pasta, la Delizzia Ricotta: Soles de pasta rellenos de ricotta y espinacas en salsa de pesto de pistacho y panceta italiana. Un plato expresamente para compartir pues sirven ocho unidades de buen tamaño. Un plato muy completo, ideal para los amantes de la pasta y muy sabroso. Elaboración excelente. Y continúa…

Sinceramente en la comanda inicial no figuraba el plato que llega a continuación, nos habíamos reservado, pero no por habernos quedado con hambre sino porque queríamos probar las pizzas, pues todas las que habíamos visto servir en nuestro entorno tenían una apariencia muy apetecible. En el último momento solicitamos la Pizza del Bosco con mozzarella, calabaza, aceite de trufa blanca y trufa negra en láminas.Es una pizza blanca, sin tomate, pero deliciosa. Muy aconsejable por la elegancia de los productos que la componen.

Y llega la duda de si postre o no postre, pero es muy difícil resistirse a los postres «hechos en casa» que nos presentan en la carta (Tiramisú, Tarta de zanahoria, Panna Cotta,…) así hasta ocho delicias. Elegimos el Nutellotto, para compartir. Servido en copa y con sabores excelentes y bien proporcionados. Ideal para compartir. Con un nivel de dulce muy correcto.

Un restaurante acogedor pues la conjunción de varios espacios agradables, una correcta atención, un producto de calidad y una elaboración excelente lo convierten en un referente de los que denominamos «apuesta segura» pues la relación calidad/precio es muy correcta y siempre estaremos dispuestos a visitarlo de nuevo.

La carta de vinos está especialmente diseñada para el restaurante con referencias de las principales denominaciones de origen de las regiones de Italia. Próximamente se abrirá una terraza interior vegetal y una zona dedicada a cócteles en la entrada del restaurante. Dispone de aparcacoches por las noches y los fines de semana excepto domingo noches.

Y un penúltimo consejo: No os quedéis sin probar las pizzas, están hechas al estilo napolitano, una receta nacida hace II siglos y que se elaboran en un horno napolitano a 480º durante 75 segundos. Su borde alto, masa fina y blanda ideal para comer con tenedor y cuchillo. Y el último consejo ¡¡¡No perdérselo!!!.

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