Oceanika nos presenta el menú con lo mejor de su cocina (Madrid)
Una cocina que lleva cinco años conquistando a los madrileños, porque no todo es lo que parece pero estamos seguros que vas a disfrutar. No tienes que pensar, solamente dejarte llevar por las presentaciones que Carlos Pérez, propietario, te hará de todos los platos. Un menú degustación que consta de 8 platos, muchos que no son lo que parecen, comenzando por un excelente Pisco Sour – Destilado de uva, con un toque cítrico de lima/limón, clara de huevo y pequeños dashes de su bitter de angostura – que te encantará.
El menú comienza, aparentemente por el final, pues nos llega una cafetera de las clásicas italianas, las que se ponían en el fuego, con el agua abajo y obtenía el café arriba. El «plato» se denomina La Cafetera Desestructurada, pues en la parte superior vamos a encontrar un excelente caldo de pescado con mejillones, almejas y gambas y en la parte inferior setas shiitake, pimientos y cebolla. Una doble delicia.
Hasta el momento todo se desarrolla superando nuestras espectativas pues la acogida, la preparación de los platos y sobre todo su excelente sabor, son de 10. La siguiente delicia es una vieira gallega al ají amarillo, con salsa elaborada con cerveza peruana, un plato que nos conquistó desde el primer bocado.
Seguimos con un preparado donde se fusiona la cocina peruana y la andaluza, un temaki de cazón en adobo rebozado en harina de garbanzo y hierbas aromáticas, envueltos en lechuga fresca. Sorprendente y muy bien elaborado. Servido como los cucuruchos de cochinita pibil o aji de gallina.
Nos llega uno de los platos que más nos ha fascinado y que repetiremos en nuestra próxima visita. Un ceviche a la llama – se termina en la mesa – envuelto en hoja de plátano y flambeado, con boniato, ají rojo picante suave y choclo. Un plato completísimo y con ingredientes de primera calidad, donde se degustan en cada bocado, como en todos los casos.
Para dar el toque fresco al menú nos encontramos con un plato frío, se trata de un tartar de salmón con guacamole y totopos. Según las indicaciones de Carlos, se debe coger un totopo con la mano, poner un poco de tartar sobre él y terminar con guacamole por encima. El último de los platos salados es uno que ya conocíamos y que nos sorprendió en la primera visita: el Lomo Saltado. Se elabora sobre piedra volcánica, con tallarines de tortilla hechos al momento – en la fotografía de la galería al final podéis ver la forma en que se elaboran – que simula un ramen en su conjunto. Un plato muy completo en sabores e ingredientes.
También hay postre aunque no es lo que parece. Cuando llega a la mesa nos sorprende ¿terminar la comida con sushi? Pues no, es un rico arroz con leche y membrillo de guayaba por lo que parece un sushi de atún. Se degusta con sal, una «mermelada» picante y un bocado de sushi. Espectacular.
Y como dice Carlos, el propietario, aquí nadie se va sin una hostia. Pero no temáis, no es dañina, es comestible. Son unas obleas de trigo que están rellenas de dulce de leche. Para dejar un buen sabor de boca.
Hemos dicho que volveremos para degustar el ceviche a la llama pero incluiremos otras novedades como el bloody mary con efectos transmutadores, el ceviche de marisco, los tiraditos de atun con salsa de soja, … y alguna otra novedad que encontremos en la carta. El precio del menú maridado son 65€, sin maridaje 45€.
Y si trabajas o vives cerca o porque pasabas por allí a mediodía entre semana ofrecen un menú con primero, segundo, bebida o postre -y platos tan variados y apetecibles como Tempura de vegetales, Crema de calabaza, Brochetas al teriyaki o Arroz chaufa de pollo con brotes de soja…– por 14 €. En carta el ticket medio es de unos 40 €.
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