Oribu Gastrobar – Un Olivo con mucha clase en Chueca (Madrid)
Porque Oribu en japonés quiere decir Olivo, un nombre mediterráneo para un gastrobar que no nos va a defraudar por su calidad, variedad y sobre todo la originalidad de sus platos. Lleva tres años en Madrid, siendo desde el principio un referente gastronómico en la capital, si bien ha sido hace algo más de un año cuando el crecimiento y reconocimiento a su cocina ha superado con creces las espectativas, con la incorporación de Armando Justo, chef ejecutivo de Oribu, que después de más de 14 años viajando y trabajando por el extranjero en restaurantes de primera linea llega a Madrid y en combinación con el propietario, Iván Zhan, desarrollan un nuevo proyecto gastronómico.
Un proyecto en el que la carta modifica el concepto que se tiene de fusión, pues es una cocina japo-asiática, con toques peruanos o mexicanos, así como mediterráneos, por lo que vamos a encontrar platos que nos van a sorprender. Nosotros hemos vivido dicha experiencia y los platos se elaboran con un perfecto equilibrio entre todos sus componentes. Dos comensales y compartiendo todos los platos.
El primer plato que nos llega a la mesa es el tartar de Maguro-atún rojo encebollado, crujiente de mar y mousse de aguacate. En la fotografía se puede apreciar que el crujiente de mar consiste en alga nori en tempura (verdaderamente excelente), siendo el atún y el aguacate de una ejecución excelentes. Un agradable comienzo.
Nos llega a la mesa otro plato que no se puede negar sea fusión japo-mediterránea, más concretamente española. Dim sun de rabo de toro, crema de patata trufada, setas y reducción de Porto. ¡¡¡Una delicia!!! Una elaboración que es todo un acierto pues es muy cómoda de consumir y de un potente sabor. Un plato muy recomendable.
Continuamos con el Okonomiyaki de cangrejo Soft Shell en tempura crujiente, huevo frito y salsa japo. (El Soft Shell es un cangrejo de cáscara blanda, más bien sin cáscara pues se pesca cuando carece de ella al crecer, que la elimina). Un plato original con esta composición de mar y montaña. En este caso se puede afirmar que el juego de texturas es el protagonista.
Un plato que vemos está de moda en muchos establecimientos, elaborado de distintas formas pero el mismo producto principal, es el que nos llega a continuación. Se trata de las zamburiñas del Pacífico, en este caso al carbón, con sofrito clásico, flor de wasabi e ikura. Quizás seamos unos apasionados de este bivalvo pero nos ha parecido espectacular, con todo su sabor, superior calidad en todos sus componentes y elegante textura. Un sobresaliente alto para este plato.
Para finalizar la parte salada nos llega un magret de pato estilo Negima, curado con sake y romero nuta miso a la miel. Como en todos los platos que hemos indicado anteriormente la calidad es total. Un toque correcto donde todos los ingredientes se integran a la perfección. Un broche de categoría para terminar esta primera parte.
Por supuesto que hay una parte dulce para finalizar esta excelente comida. Un combinado para compartir compuesto de: Torrija de sobao pasiego al lemon grass y leche de coco con helado de yogur búlgaro; trampantojo de hamburguesa elaborada con helado de café y la falsa tarta de queso Matchar, confitura de frutos rojos y galleta.
Dispone de una terraza frente al restaurante, en La Plaza del Rey, donde se puede consumir todos los platos de la carta, así como el menú del día (lunes a viernes a mediodía) y los cócteles. La mayoría de los platos se pueden compartir, fórmula que os recomendamos, pues os permite degustar una mayor variedad de platos. Seguro que os agrada y volveréis.
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