En Palencia hay una parada obligada : La Barra de Villoldo

El Grupo Villoldo nos presenta en esta ocasión su espacio más informal, pero que no se queda solamente en la barra (recibe su nombre por la cantidad de ofertas que vamos a encontrar), pues además de la misma dispone de una excelente terraza y espacio interior.

Un establecimiento al que la familia Pedrosa mima como si fuera único, el mismo trato que da a cada uno de sus locales repartidos entre Madrid y Palencia. La Barra de Villoldo es uno de los hermanos ‘pequeños’ y más divertidos; el picoteo perfecto para los palentinos y visitantes del Románico, que tiene al reconocido Estrella del Bajo Carrión como casa madre…

… y al producto de temporada -como no podía ser de otra manera- como protagonista, pero marcado aquí por un carácter más informal, cierto toque cosmopolita y técnicas actuales de la mano de Alfonso Fierro, chef ejecutivo del grupo. Al fin y al cabo, La Barra de Villoldo es un bar para estar, comer, picar, tomar un café, una copa, pero sobre todo, disfrutar. Algo a lo que invitan su carta, su bonita y acogedora decoración y su céntrica ubicación en la preciosa plaza de San Miguel, presidida por la torre de dicho santo en cuya iglesia, dice la leyenda, se casó el Cid con doña Jimena y qué tan bien se ve desde la terraza del local.

Al traspasar el umbral de esta casa de principios del siglo XX, lo primero que llama la atención es la espectacular balconada interior. Sí, interior, así que quienes decidan quedarse en la terraza, tienen que entrar al menos a verla. Este ornamento, junto con la piedra, el cristal, la madera y sus colores, lo convierten en un acogedor espacio perfecto para ‘echar el día’. Con la vista conquistada, centrémonos en el paladar, donde el buen sabor de boca -teniendo el sello que tiene- está garantizado…

Si nos sentamos a comer encontramos propuestas como: Fish&chips de pescado de mercado rebozado, patatas fritas de La Nava y salsa agria; Paté de Campaña -hecho en casa con foie, ternera y cerdo-; Choripán palentino con chimichurri, un delicioso bocata de chorizo de matanza al carbón, calabacín asado y queso del Cerrato que no falta en ninguna comanda, como también ocurre con el recién llegado Cochifrito de cochinillo ibérico con espuma de crema agria o el Lomo bajo de ternera palentina fileteado, guarnición y mantequilla ‘Café de París’, que sale ‘De la Brasa’, como las irresistibles Costillas de cerdo melosas asadas en nuestra BBQ casera, a lo USA.

Todo ello, al igual que su nueva Tortilla vaga -que no deja de conquistar paladares- es ideal para compartir. Y para quienes sean más de “este plato es mío”, en ‘De la Cocina’ los hay más elaborados con ese fin, como el Calamar en su tinta relleno de sus patas, jamón y huevo, una receta exquisita de la abuela. Y si dejamos hueco para el postre, la Tarrina de tocinillo de cielo con espuma de coco y crema de toffee es una maravilla, al igual que su Hojaldre de manzana. Además, la mayoría de estos platos pueden encargarse para llevar.

El Grupo Villoldo es familia, producto de origen, es Palencia y honestidad, pero sobre todo, son platos de esos que siempre apetecen y que pueden disfrutarse -cada uno con su estilo- en: DNorte que es el lado informal del ‘soleado’ Villoldo ambos en Madrid; y Habana Cafetería en Palencia capital; así como en la casa madre, el restaurante y hotel Estrella del Bajo Carrión-en el corazón de la ruta del románico y a un paso de la montaña palentina-, donde las hermanas Pedrosa llevan más de 40 años conquistando y 10 brillando con 2 Soles Repsol.

Decimos de la calidad del producto. Un ejemplo son los exquisitos pimientos rojos, cuando llega su temporada la familia Pedrosa compra por estas fechas la ‘cosecha’ para todo el año, cuando este producto alcanza su máximo sabor y punto óptimo de consumo. Tras catar pimientos de ‘cuatro morros’ de Torquemada, de diversos productores palentinos, seleccionan el mejor y ¡se hacen con la producción al completo! En este 2020 serán 2.500 kg los que preparen para abastecer las cocinas de Villoldo y Estrella del Bajo Carrión .

Una vez en ‘casa’, el siguiente paso es cocinarlos, pero, ¿cómo se asan todos esos pimientos? Pues con calma y por tandas en una parrilla ‘alimentada’ con leña de encina que montan en el pueblo de Villoldo (Palencia) donde Pilar, junto a una cuadrilla de ‘pimenteros’, se encarga de que queden perfectos, porque ella decide qué pimiento se pone en el fuego, cuándo se saca y cuándo se pela…

Una vez listos, todos sabemos lo que toca: ¡pelarlos! Aquí es donde manda la paciencia… Y por último, embotarlos para consérvalos tan ricos como están estos días y poder disfrutarlos durante todo el año.

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