El Rancho de la Aldegüela – Para cumplir un sueño (Torrecaballeros – SG)
Si eres de los que te gusta el lechazo asado como se denomina en Castilla o el cordero lechal asado como se denomina en el resto de España, puedes estar seguro de que lo habrás comido muy rico, muy bien asado, de muy buena calidad, pero que además estés en un establecimiento donde la atención es extraordinaria, el entorno agradable, donde los niños son bien recibidos, donde si se celebra una boda no te va a afectar, donde aunque sea festivo te van a atender como si hubieras ido tú solo, estás en el Rancho de la Aldegüela.
No es pasión, hace más de veinte años que somos clientes asiduos del establecimiento , si bien antes lo habíamos sido esporádicamente, siempre la atención de primer orden, por supuesto evolucionando el número y componentes de los comensales, pero siempre satisfacción para todos. Pero veamos por qué decimos todo esto.
Por supuesto que en las entradas tienen riñones de cordero, migas, morcilla, picadillo, jamón, croquetas,… pero hay un plato que os sorprenderá doblemente: primero por encontrarlo en la carta y segundo por lo exquisito y delicioso que está, se trata de los aros de cebolla, que además tiene la ventaja de que se puede pedir media ración (la fotografía refleja una ración entera).
Hemos dicho que se puede pedir media ración. En muchos de los platos existe esa opción, que recomendamos, pues permite probar varios platos o pedir uno del que no estamos muy seguros de que nos vaya a gustar. En esta opción nos hemos decantado por los pimientos rojos asados ¡¡¡Qué pimientos!!!. Asados en el horno de leña y pelados a mano, una joya gastronómica convertida en delicia antes de comenzar el plato fuerte, que se trata de …
El lechazo asado. De raza churra según mandan los cánones y que indica en la etiqueta que viene incorporada en el mismo. Para dos personas un cuarto de lechazo es una cantidad razonable, idónea y suficiente, aunque a veces (que suele ocurrir con bastante frecuencia) se podría continuar, pero mejor dejarlo así. El lechazo está asado en un horno de leña alimentado por leña de encina cortada hace un año y seca. Una ensalada de las que figuran en carta son un buen acompañamiento.
La verdad, después del lechazo ya no apetece más que un postre. Hay uno típico de la zona, el ponche segoviano, quizás un poco «pesado» por su composición, pues lleva una capa exterior de mazapán, si bien el interior es un bizcocho muy jugoso y esponjoso. Por otro lado una tarta fina de manzana, que normalmente se sirve con nata pero en este caso se ha preferido sin la misma. Un buen café ha dado fin a la realización de este sueño, que se repite con cierta frecuencia como debe ser. Un chupito invitación de la casa ayuda a hacer la digestión. Eso dicen…
Pero no todo acaba en el restaurante. Tiene unos agradables, acogedores y cuidados jardines, donde pasear o relajarse en alguno de sus rincones. Un hotel de 4 estrellas donde nada más entrar vais a percibir los detalles, lo bien cuidado, el cariño con el que se ha amueblado. Una cafetería con un interior muy confortable y un exterior con piscina, para disfrutar de un buen café o combinado después de la comida o en cualquier momento si estáis alojados en el mismo.
Un amplio aparcamiento tanto en la parte delantera del restaurante (la más cercana a la carretera) pero también en la parte posterior, en la entrada al hotel. Existe un menú para niños a 17 euros y si no os satisface seguro que se adaptan a vuestro gusto. Para los adultos hay un menú a 33€ y otro a 42€ incluyendo bebida en ambos casos y por supuesto cordero lechal asado.
Otras fotografías que no nos queremos dejar en el tintero:
Bodegón agrícola
Jardines de entrada
Fachada del Bar
Leña de encina para el horno de asar
Interior hotel 1
Interior hotel 2
Interior hotel 3
Interior hotel 4
Personajes
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