El Remedio cambia la carta (Ruiloba-Cantabria)
Cuando llegan los días luminosos, largos y con un tiempo más apetecible para pasear y desplazarse, este restaurante reabre sus puertas después de que su chef y propietario Samuel Fernández nos sirva en la mesa todas aquellas recetas que durante los días que ha permanecido cerrado ha creado junto a su equipo de cocina. Con unos proveedores de cercanía donde se sabe lo que comen sus animales, en el caso de las carnes, donde se asocia con Ibio Limousin, pues sus lechazos y vacas criadas en los alrededores viven en las mejores condiciones, imprescindible para que alcancen su máximo potencial.
Así entre las nuevas incorporaciones a la singular carta se encuentran recetas tan sugerentes como los Spaguetti con ajo, guindilla y erizos; la Pechuga de pato, trigo y melaza; la Vieira con patata violeta y huevas de salmón rojo salvaje o la Albóndiga de vaca y tocineta con tomate. Sin olvidar algunos platos inolvidables, que se mantienen por petición expresa de los comensales: es el caso de la Cebolla rellena de lechazo de Ibio. Y, por supuesto, postres exquisitos, elaborados de forma impecable por Jesús Gómez, como la Tarta tibia de avellanas con café y cacao.
Se encuentra en una ubicación idílica, al lado de una ermita del siglo XIX y a los pies de los acantilados del mar Cantábrico. Su carácter familiar le confiere un ambiente acogedor donde nunca faltan las flores que Cristina Pérez, madre de Samuel, recoge a diario para decorar las mesas.
Y las sobremesas que se prolongan en el tiempo debido a un delicioso Limón de Ruiloba, un licor artesanal elaborado por el chef cántabro con los limones de la zona, cuyo aroma es único en el mundo. Final redondo para una experiencia única; pura belleza comestible.
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