Rita la Cantaora Gastrobar & Lounge (Leganés-M)

Un local donde nos vamos a encontrar cómodos, pues tiene un ambiente hogareño con mesas y paredes de madera, colores cálidos y detalles que nos harán sentir cómodos. Una cocina mediterránea con ciertos toques de la tan de moda cocina fusión y especialmente con platos de toda la vida. Para disfrutar en la mesa y con el ambiente.

Esta cercana población a Madrid, a 20 minutos de su centro, donde una carta atractiva que ya nos prepara para elegir aquello más sorprendente de la misma, porque se clasifica en ‘Batiburrillo (Picoteo sabroso para calmar la gula)’, ‘Pecaditos (Pecar es de sabios, siempre y cuando el pecado merezca la pena)’, ‘La Huerta (Caprichos verdes para aligerar el cuerpo y el alma)’, La Lonja (La mar en tu plato)’, y ‘La Granja de Rita (Los guisos de Rita, del campo a tu plato)’. Pero veamos algunos de los platos.

Decíamos de platos de toda la vida. Hoy día las croquetas son un detalle que identifica el tipo de cocina, casi todos los restaurantes las tienen, por lo que facilita las comparaciones. En este caso son croquetas que parece que recogen un plato completo, como las de jamón ibérico con mahonesa de curry; las de morcilla, manzana y almendra; o las de gambas al ajillo con alioli verde.

También en esta vertiente destaca el Bacalao confitado con boletus y langostinos; y la Carrillera de ternera al vino tinto, patata cremosa y verduras soasadas. Todos para tener la sensación de volver a casa de la abuela. Pero su vertiente más innovadora se puede apreciar en las Gyozas de rabo de toro con soja y curry rojo; y las Gyozas crujientes de oreja y salsa brava. Los Gua-Bao de pato confitado, berros y chimichurri thai y también el de panceta, cebolla y rúcula destacan porque el pan es elaborado en sus hornos, una auténtica delicia casera que hace del plato un auténtico manjar.

La calidad del producto se nota en cada elaboración, y destaca en el Ceviche de mero y langostinos; en el Tartar de atún rojo con mahonesa de wasabi y pan de algas, o en el Tataki de buey, praliné de piñones y ensalada de brotes tiernos; entre otros. Su carta también destaca por sus postres caseros. Nadie podrá resistirse al Cremoso de queso, galleta Oreo y frutas estofadas; a la Espuma de yogur, migas de chocolate y mango estofado; o a sus tartas elaboradas en el propio restaurante (de zanahoria, Red Velvet, Muerte por Chocolate…). Todo ellos se complementa con una amplia selección de vinos con más de 10 D.O.

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