SagrarioTradición fusionando la calidad y el buen hacer (Madrid)

A veces sin darnos cuenta nos encontramos con espacios agradables, tranquilos, sin ruidos, buen ambiente y céntricos. En esta ocasión es un restaurante en una de las plazas «escondidas» cerca del Paseo de la Habana, a 800 metros del Estadio Bernabéu y sin tráfico, pues el total de la plaza es un parque infantil. Siempre se hacen destacar las cualidades de los establecimientos, aquí hemos encontrado amabilidad desde el momento de cruzar la puerta de entrada y posteriormente en la mesa calidad y muy buena elaboración.

Siempre los establecimientos destacan por platos o productos exclusivos o selectivos. Hemos degustado un producto original de un denominado cerdo manchado ibérico, del que hablaremos más adelante. Su equipo de cocina se vuelca en las elaboraciones –el 99 % de lo que sale de la cocina se confecciona en casa) – para conquistar a los paladares más clásicos y que tienen la fortuna de visitarles. Pero vayamos a nuestra experiencia.

A la llegada, para amenizar la espera del resto de comensales, en la zona de barra, con una parte de mesas y sillas altas, hemos degustado un vermut tinto especial de la casa – también lo hay blanco – así como un cóctel sin alcohol de excelente ejecución. En total 12 comensales que hemos compartido una excelente variedad de platos que seguro que volveremos a degustar en una próxima visita, pues dejan buen recuerdo.

En primer lugar nos llega un plato de presa ibérica curada como el lomo pero más natural, sin ningún aditivo, de cerdo ibérico manchado de la Sierra de Grazalema. Un muy selecto y exquisito aperitivo que acompañado de un buen pan de leña promete una excelente comida.

Un pastel de tres selectos pescados: carbacho, lubina y salmón, acompañado de pan tostado y una salsa mahonesa con cítricos. Muy cremosos y con un sabor excelente. ¡Qué Delicia!. Este plato no lo hemos visto en la carta, tienen algunos otros, os recomendamos preguntéis por los platos fuera de carta del día.

Tomate azul con aros de chalota, piparra y cebolleta. Todo ello con un excelente aceite con emulsión de cebollino y romero, completa esta agradable ensalada. Una croqueta de entraña a la parrilla con alioli de cecina – excelente detalle de la cecina impregna un excelente sabor al conjunto – nos permite seguir disfrutando de estos maravillosos platos, de calidad, originales y muy bien elaborados.

El siguiente plato lo hemos visto elaborar. Uno de los atractivos de este restaurante es el constante uso de las brasas. Sin duda impregnan un sabor excelente a los productos. Hemos visto el desarrollo del Pulpo a la brasa, mojo canario y aceite especiado. Con el pulpo ya cocido se coloca en la parrilla y se «pinta» con mojo rojo canario, por ambas caras. Posteriormente se sirve con patatas asadas – podéis ver una fotografía en la galería inferior – . ¡Qué maravilla! La próxima vez pediremos un recipiente con mojo canario y más patatas. ¡Un gran plato!.

Costilla de vaca Angús con puré de patata rústico y pimientos encurtidos y mantequilla tostada de ajo. Recomendamos para compartir, pues aunque llega a la mesa muy tierna tiene una cantidad suficiente para que dos personas disfruten de este plato. ¡Muy rico y fácil de comer!

Y llegamos a los postres. Hemos disfrutado de dos de sus especialidades – Flan de queso de oveja zamorana y Tarta Tatín de melocotón con crema de almendras – ambas excelentes en textura y sabor, pues nos alegra que vaya desapareciendo la saturación de azúcar en los postres, antes cuanto más dulce más rico. Cada vez se elaboran de forma que se perciba el sabor de cada uno de sus componentes.

Nos encantan estos restaurantes que se recuerdan. En nuestro caso se nos han quedado algunos platos «en el tintero», mejor dicho en la cocina. En la carta hay un atractivo matrimonio, una tosta de pimientos, anchoa y boquerón en vinagre casero, que se elabora con una masa de empanada gallega, confeccionada por ellos con agua de mejillón, o los guisantes de temporada con alcachofa a la parrilla y el ajoblanco con espárrago y trucha.

Y si te gusta el cuchareo, injustamente asociado al frío, sus excelentes lentejas con periquitos de mar y vieiras, pues a pesar de su intenso sabor se preparan para que no resulte pesado.

Su carta líquida está compuesta por una selección de vinos con personalidad, tanto de corte clásico como vinos poco intervenidos, naturales, de kilómetro cero y de pequeño productor. También hay una carta de coctelería con guiños al mundo del vino. Destacan la gama de mules –el clásico Moscow Mule, con vodka; el londinense, con ginebra; el escocés, con whisky; el Areccho Mule, con ron, y el No Mames Mule, con tequila– y, entre los de base vínica, el Fino No –oloroso, lima, jengibre y ginebra–, el Sagrado Vermú –vermú Madrid, ginebra, naranja, canela y hierbabuena– y el PX Mojito, con Pedro Ximénez, lima, hierbabuena y ginger ale.

Seguro que ya te has decidido para ir tú sólo o acompañado y tienes tres opciones donde disfrutar tus platos. De una forma rápida o más informal pero siempre con la mejor atención en las sillas y mesas altas de la zona de barra. Que hace un tiempo agradable, que es por la noche en época veraniega, en la amplia terraza. Y si prefieres la sala, estarás comodísimo rodeado de alegres pinturas. Seguro que vais a disfrutar.

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