Al Socaire nos traslada a Cantabria con su marmita de bonito
Un restaurante que aperturó a primero de año y que ha conseguido hacerse con una fiel clientela, que disfruta con su cocina tradicional pero imprimiendo ese toque renovador que la hace exquisita. Afincado en la nueva milla de oro de la restauración en la capital (entre Menéndez Pelayo, Ibiza y Narváez) ha traído a Madrid la cocina más típica montañesa de la mano de Mariví González Coro y Toñi Blanco, dos mujeres con previo éxito profesional en el sector.
Su filosofía se basa en la tradición, en la tierra y en la temporada, es decir, en una cocina sustanciosa y memorable de las casas, en la picada a norte y el chup chup. Su fuerte son los platos de cuchara, los que se basan en la auténtica cultura cántabra, hechos sin prisas y con mucho cariño, pero sin olvidarse del toque y ligereza propios de la restauración actual. Dentro de esta apuesta por la tradición de la tierra y haciendo honor a su nombre, una expresión marinera que significa ‘al resguardo del aire’, llega ahora a Al Socaire la marmita de bonito.
Este plato es el guiso marinero por excelencia que se consume en los barcos pesqueros y puertos del mar Cantábrico durante la costera del bonito. Se trata de una de las comidas más clásicas y sabrosas que se realizan con este tipo de pescado, ya que se deshace en la boca al cocinarlo con patatas, cebollas, pimientos y tomate. En el restaurante Al Socaire, además de la marmita de bonito, el cliente también podrá degustar otras recetas clásicas de preparar este pescado como al estilo encebollado, con tomate o a la plancha, platos que se podrán encontrar fuera de la carta. Todas ellas están realizadas con un bonito de calidad totalmente probada, ya que proviene de un proveedor que tiene Mariví en Cantabria desde hace más de 30 años en playa de Suances.
Curiosamente, a pesar de ser un plato de cazuela, su consumo se produce principalmente en verano, debido a que es la época de pesca de este bonito. Y es que, el calor queda en segundo lugar cuando se trata de un sabor tan potente. En concreto, esta especie es la más valorada por su intensa sapidez y la suave textura de su carne blanca. Además de estos atributos, esta clase de bonito se pesca uno a uno, permitiendo seleccionar aquellos ejemplares de mejor calidad y a través de técnicas que no deterioran el fondo marino ni implican capturas accidentales de otras especies. Al Socaire también dispone de una terraza en la que disfrutar de su comida, tomar el aperitivo o disfrutar de unas cañas a la caída del sol.
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