Si nos dirigimos a Santander por la A-8, el primer pueblo de Cantabria se llama Onton, un pequeño pueblo de 450 habitantes, lleno de paz y tranquilidad.
Recién salido del mar, a un precio más que barato, una calidad fuera de serie y con una variedad donde elegir fácilmente, podréis disfrutar de un manjar como es el pescado del Cantábrico, fuerte por estar en un mar bravío, sabroso por naturaleza y con los tamaños correctos por ser tremendamente respetuosos con el medio.
Nuestra sección de "Cosas Ricas" se enriquece con este producto maravilloso, cuidado, tratado con mucho esmero y yo me atrevería a decir (salvo la pequeña ayuda de pequeña maquinaria), que se sigue elaborando como toda la vida, a mano. Entre ellas destacamos las Conservas Emilia, persona que sigue al pie del cañón y con una dedicación y profesionalidad envidiables. A dicha fábrica corresponden estas fotografías.