La Terrraza del Santo Domingo… Lo que estabas esperando

Ya hemos comentado temas de la Terraza del Santo Domingo, hotel de 4 estrellas a dos pasos de la Gran Vía madrileña, con su ambiente agradable, piscina en la planta alta que se puede disfrutar aunque no estemos alojados, coctelería y un restaurante con una buena carta, buenos platos y una atención excelente.

Conocíamos la terraza pero no habíamos disfrutado de su cocina. En los primeros días de Septiembre, por la noche, hemos disfrutado de una velada excelente por el ambiente, atención correctísima, personal muy profesional y platos excelentes tanto en calidad como elaboración.

Tiene mucho éxito, recomendable, casi imprescindible, reservar. En nuestro caso llegamos a las 21,30 y ya estaba ocupado el 90% (tiene espacio para unos 60 comensales), A las 21,45 ya estaba al completo, un día laborable sin ser víspera de fiesta. Pero vayamos a nuestra experiencia.

Os recomendamos que una vez efectuada la comanda, disfrutéis de las espectaculares vistas (si no os ha correspondido una mesa de ventana). Al solicitar la bebida nos sirven un aperitivo de una excelente aceituna gordal deshuesada y el pan.

Si no os queréis complicar con la elección podéis inclinaros por el menú degustación, que recoge varias de las especialidades y tiene un costo de 26,50€. En nuestro caso queríamos hacer un recorrido por otros aspectos de la cocina y nos inclinamos por platos o raciones, todos para compartir.

La opinión general de todos los platos es su calidad de producto y su cuidada elaboración, que junto al ambiente hacen que cada plato sea un manjar. Comenzamos por una ensalada de pimientos asados con cebollita morada y ventresca de bonito, ya preparada. ¡Riquísima!.

En Madrid uno de los productos más «castizos» son los calamares, generalmente en bocadillo. En este caso podéis pedir sin ningún problema la fritura de tallarines de calamar a la andaluza con alioli de cebollino. Tiernos, bien fritos, … Si te gustan los calamares disfrutarás.

Y pasamos a los platos fuertes. Aunque sea similar hemos degustado unos exquisitos chipirones a la plancha sobre cebolla confitada. ¡Sorprendentes! Es uno de nuestros platos preferidos pero que no conseguimos elaborarlos correctamente. Parece fácil pero no lo es.

Y finalmente un consistente rabo de toro al vino tinto. Muy fácil de compartir pues la carne se podía separar del hueso sin ningún problema, como decía un gran chef «se deshace con la mirada». Muy conseguido con el puré de patata que se acompaña.

Llegamos a los postres con diferencias de criterio, por lo que hubo dos diferentes. Como es natural no podía faltar su exclusiva torrija con salsa de café y helado de leche merengada. ¡No podéis dejar de probarla!

Se puede decir que los postres son caseros y no son empalagosos. El otro postre fué la Tarta fina de manzana con helado de vainilla. Hay otras tartas (queso, zanahoria, chocolate) pero ésta es la que más nos atrajo y acertamos en la elección.

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