THAI GARDENS (MADRID-M)
POR EL MOMENTO HA CERRADO SUS PUERTAS. ESPEREMOS QUE REABRA LO MAS PRONTO POSIBLE, PUES SU CALIDAD Y SU ORIGINALIDAD ESTAN FUERA DE TODA DUDA. CAUSA BAJA EN LA GUIA.
Restaurante thailandés de una gran calidad y muy acogedor. Dividido en dos plantas, tiene un jardín interior muy agradable.
Como siempre en estos restaurantes recomiendo el menú degustación, ya que se pueden probar varios platos de la carta, además de no estar obligado a comer un plato completo, pues se pueden pedir menos menús que comensales. Si acaso se desea algo más, se puede pedir algún plato.
Dichos menús son equilibrados en sabores y adaptables a casi todos los gustos, por ello no te complicas la vida y puedes salir muy satisfecho.
Quizás sea un poco caro, pero además de la buena comida, el servicio, el entorno, la cubertería, etc., se paga la exclusividad del lugar, tranquilo, acogedor y muy bonito.
El servicio es extraordinario y muy educado, así como gran profesional. El personal de cocina es thailandés.
Muy recomendable, quizás para ocasiones muy especiales y para un reducido numero de personas, si se invita, pues la factura final puede ser algo elevada.
Cuenta con servicio de aparcacoches.
En Barcelona hay otro en la C/Diputación 273. Tel. 91 487 98 98
- Precio Medio: 50-55
- Recomendación: Para ocasiones muy especiales.
- Plato preferido: Menú degustación. Aclarar si hay algún plato picante.
- Dirección:
Thai Gardens.
Paseo de la Habana nº 3.
28036 Madrid.
Tel. : 91 577 88 84
3 comentarios
Un restaurante que siempre mantiene un nivel alto y muy acogedor.
Lo conozco desde hace muchos años y nunca defrauda.
Muy recomendable y servicio muy atento.
Al día de hoy, el restaurante de Madrid, se ha trasladado a un nuevo domicilio, situado en Paseo de la Habana nº 3.
Les deseamos mucho éxito en su nueva ubicación.
Precioso, luz tenue, derroche de diseño, decoración espectacular, las vegetación y adornos florales que adornan todo el local reducen la sensación de agobio que provoca las dimensiones del local y es que el aprovechamiento excesivo del espacio es uno de sus defectos.
Por su éxito no tiene problema en abarrotar el local en dos turnos, por lo que si queréis disfrutar de la sobremesa reservad en el segundo turno. Ahora bien, no seáis muy exigentes con la puntualidad, nosotros reservamos a las once y nos tocó esperar unos quince o veinte minutos hasta que nos sentaron a la mesa. Eso sí, los fines de semana si no tenéis reserva, ni lo intentéis.
El servicio muy correcto y para el trajín que llevan por la cantidad de mesas que atienden, se merecen un aprobado alto.
El menú degustación no ha cambiado desde la primera vez que lo visité, allá por el año 2001, es agradable, quizá con algún altibajo. Los postres muy decepcionantes. Un poquito, sensación de “cría fama y échate a dormir”. Las cantidad es aceptable, se trata de cinco entrantes, cinco principales (más el arroz) y postre, en algunos casos te quedas con las ganas de repetir de alguno de los platos más sabrosos, pero no puedes decir que te quedes con hambre, todo lo contrario.
En cuanto al precio, nuestra cena con vino y una cerveza de aperitivo, costó 50 euros por persona. La media no suele bajar de los 40/50 euros por persona. Sin duda, el ambiente es lo mejor, a pesar de la gran cantidad de mesas que hay, quizá diría que resulta un poco sobrevalorado pero recomendable.
Le doy un 7 sobre 10.